Que no te cuenten los cuentos.
Suena una voz a la distancia, dentro de aquel mercadillo extraño, los individuos son todavía más extravagantes.
—Aquí hay para elegir, pásele, con confianza, sin compromisos, ¿qué le agrada?, ¿uno de fantasía?, ¿o tal vez prefiera alguno de misterio?, esos están más buenos. Hay de todo, escójale —dice la voz con un tono susurrante, pero que se oye con claridad.
Te acercas para ver qué es lo que sucede. En una estantería se observan varias categorías, no es algo cotidiano. De la ropa del vendedor se lee un distintito con las letras «A. P.», ¿qué significará?, no tienes ni idea.
—¿Qué cuesta éste? —preguntas por el que te llamó la atención.
—Oh, no tienen precio, puedes leerlo, son regalados. —La voz parece profunda, ¿algo gratis en un mercadillo penumbroso, donde el comerciante es un desconocido que no muestra su rostro?
Te arriesgas y tomas uno. Lo lees con cautela, sin saber que esperar.
De pronto algo sucede, empiezas a reflexionar sobre tu vida, ¿siempre la has visto de la misma manera?, ¿hay algo en estos escritos que te hacen pensar de una manera distinta?, ¿acaso estás filosofando?, quieres más respuestas, decides adentrarte en otra historia.
…
Cuando menos te lo esperas, la transformación ha sucedido por completo, no hay vuelta atrás.
—Felicidades, ahora perteneces al grupo de los bibliófilos.
Escuchas unas risitas ahogadas, pero no te importa, estás inmerso en los cuentos y en sus fascinantes anécdotas.
Todos.
Sí, son los que están publicados, acomodados en orden alfabético.
Dimensiones.
Hay para elegir: Micro, Corto, Regular y Largo. Cada uno con su toque especial.
Afectuosos.
Ideas y sentimientos que nos desbordan desde nuestro interior.
Cotidianos.
Parece mundano, demasiado ordinario, pero hay algo mágico que asoma.
Supuestos.
Obligados a pensar sobre lo sucedido y aquello que brota del horizonte.
Oscuros.
No aptos para todo público, entren con cuidado, generan escalofríos.